jueves, 7 de enero de 2010

AMARC, Asociación Mundial de Radios Comunitarias.


Dentro de las radios comunitarias, destaca a nivel mundial la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) es el referente organizacional, político y comunicacional de un movimiento internacional constituido en torno a las radios comunitarias, ciudadanas y populares. Esta asociación está reconocida como organismo no gubernamental internacional, de carácter laico y sin fines de lucro.

La misión de AMARC es promover la democratización de la comunicación, para favorecer así, la libertad de expresión y contribuir al desarrollo sostenible de los pueblos. Es decir, democratizar la palabra para democratizar la sociedad.

Los comunicadores/as, radios comunitarias y centros de formación y producción asociadas a AMARC contribuyen a la libre expresión de los distintos movimientos sociales, políticos y culturales, así como en la promoción de toda iniciativa que busque la paz, la amistad entre los pueblos, la democracia y el desarrollo.

Se trata de organizaciones y personas que trabajan no solo por la democratización de la comunicación, sino también de la sociedad y la cultura. Ayudan a construir identidades, hablan las lenguas locales y producen nuevas agendas públicas para fomentar el debate de la ciudadanía.


En América Latina y el Caribe, la asociación fue fundada en 1990. Hoy, AMARC ALC cuenta con cerca de 400 asociadas, 18 representaciones nacionales que impulsan las actividades de la asociación en sus respectivos países, un Consejo Regional con representación de los Países Andinos, Centroamérica, Cono Sur, México, Brasil y Caribe.


Sin duda las radios comunitarias poco a poco han ido ganando peso en el panorama comunicacional, ya que son radios que dan voz a los ciudadanos, a los más desfavorecidos y denuncian situaciones que el resto de medios de comunicación no tratan, porque simplemente no entra dentro de sus intereses. Pero sin duda, todavía les queda un largo camino a las radios comunitarias hasta conseguir un papel relevante dentro de los medios de comunicación.


martes, 5 de enero de 2010

Radio Favela, la voz de un pueblo.


Radio Favela FM, Asociación Cultural de Comunicación Comunitaria Favela FM de Brasil, recibió en noviembre el Premio Córdoba a la Comunicación 2009.

Radio favela FM nació en 1981 en Belo Horizonte (Brasil), con objeto de atender las necesidades de un barrio muy conocido por los problemas de seguridad y de drogas. La radio funciona como altavoz para las denuncias de la comunidad, para promover a los grupos artísticos de las favelas y para recuperar a esta comunidad.

En el local de la radio funciona un servicio voluntario de refuerzo escolar para los niños del barrio, con el fin de evitar el absentismo y el abandono de la escuela. La radio comenzó en la chabola de la madre de Misael Avelino dos Santos. Después, cada día funcionaba en casas diferentes para despistar a la fiscalización. Casi veinte años han transmitido clandestinamente. Mientras la fiscalización reprimía la transmisión, la sociedad belohorizontina se movilizaba en favor de la emisora. Y en concreto destaca una campaña muy importante de los artistas pintores de la ciudad, que salieron a pintar los muros de Belo Horizonte con murales para divulgar y apoyar a la radio.

Este año en Córdoba se cumple la cuarta edición de un proyecto comunicativo y cultural de ámbito local y con repercusión internacional, que desde sus inicios es apoyado por la Oficina de la Capitalidad Cultural Europea Córdoba 2016. Con este Premio se pone de manifiesto la importancia que la comunicación tiene en la preservación de las expresiones culturales, y principalmente como garantía de la libertad de expresión

En este cuarto año el jurado, compuesto por teóricos de la información, periodistas, académicos y miembros de organizaciones sociales, ha decidido que Radio Favela FM sea la merecedora de esta convocatoria porque es un proyecto que da voz a quienes no la tienen, que funciona como altavoz de las denuncias de la comunidad, pero a la vez crea comunidad, convirtiendo una zona absolutamente deprimida y excluida, en un pueblo que vive unido.